La calma tensa reina en los mercados. Tras el amago de crisis bancaria en EEUU y la constante subida de los tipos de interés de la Fed, las bolsas y los bonos parecen haber recuperado cierta tranquilidad. Sin embargo, no hace falta ser un experto para concluir que la situación en los mercados no es la idónea para la inversión. El propio Warren Buffett y su equipo han reconocido que el "el clima ha cambiado" y como consecuencia han vendido más 13.000 millones de dólares en acciones estadounidenses, mientras que su posición de liquidez ha aumentado con intensidad en el primer trimestre del año.

La firma de Warren Buffett, Berkshire Hathaway, se ha deshecho de miles de millones de dólares en acciones estadounidenses en los primeros tres meses del año, lo ha hecho saltar las alarmas entre algunos analistas y medios especializados en los mercados. Esto supone un cambio de tendencia y un incremento repentino de la preferencia por la liquidez del afamado inversor. 

Warren Buffett es considerado como uno de los mayores (y más prolíficos) inversores de todos los tiempos. Su éxito a la hora de realizar inversiones de largo plazo (a través del value investing) en empresas en las que considera que hay potencial ha llevado a que miles de inversores intentan copiar su "filosofía" y estrategia de inversión. Esto a su vez ha generado una fuerte influencia de Buffett en los mercados. Si el afamado inversor toma posiciones en el mercado o en una empresa, este gesto puede ser determinante para dicha cotización. 

Venta masiva de acciones

Pues bien, en los últimos meses, Buffett ha dado un giro a sus movimientos y ha decidido vender 13.300 millones de dólares en acciones estadounidenses, unas ventas que además han coincidido con la crisis bancaria que ha llevado a la quiebra a varias entidades en EEUU. Aquí está la nota con todos los movimientos de Berkshire en el primer trimestre del año.

De este modo, Warren Buffett, junto con los vicepresidentes de Berkshire, Gregory Abel y Ajit Jain revelaron de forma oficial que su firma vendió acciones por miles de millones en el primer trimestre de 2023.

Sin embargo, Berkshire invirtió 4.400 millones en la recompra de sus propias acciones y colocó 2.900 millones en acciones de otras empresas que cotizan en bolsa. También aumentó su exposición a la liquidez, una estrategia defensiva típica en momentos de incertidumbre para protegerse de posibles caídas en bolsa.

Inflación e incertidumbre

Las cifras revelan las dificultades a las que se enfrenta Berkshire para generar una rentabilidad en un momento de elevada inflación y gran incertidumbre. A medida que los tipos de interés suben en la economía, las firmas de crecimiento (cuyo precio en bolsa depende sobremanera de las expectativas de beneficios futuros) sufren. Unos tipos de interés elevados dificultan la capacidad de las empresas para rentabilizar sus inversiones. La propia Reserva Federal de EEUU reconoció en su informe de estabilidad financiera que la incertidumbre para la economía y la política monetaria se había intensificado de manera notable.

Un ejemplo sencillo: imagine que tiene una heladería que está funcionando a su máxima capacidad y que tiene recorrido para incrementar su facturación a través de una ampliación del negocio. En un entorno de tipos de interés bajos sería muy recomendable pedir un crédito para ampliar el negocio, puesto que un préstamo a un tipo de ejemplo del 3 o el 4% se podría devolver obteniendo una rentabilidad superior con la ampliación de la heladería. Las empresas crecen con facilidad.

Pero con los tipos de interés en los niveles actuales (el tipo de un crédito para un coche casi alcanza el 8% en EEUU), hay que estar muy muy seguro de que cualquier inversión va a generar un retorno elevado para poder hacer frente a los intereses. El resultado es que las empresas dejan de invertir y de crecer, algo que a la postre daña los beneficios y el clima empresarial.

¿Y mantener el dinero en efectivo?

Buffett y su mano derecha, Charlie Munger, consideran que las valoraciones son poco apetecibles ahora mismo, mientras que mantener el dinero en efectivo tampoco parece una opción ante la fuerza de la inflación, que pese a moderarse sigue muy por encima de la media de las últimas décadas. La pila de efectivo de la empresa de Buffett ha aumentado en 2.000 millones de dólares desde principios de este año hasta los 130.600 millones de dólares, su nivel más alto desde finales de 2021.

Munger aseguró el mes pasado al Financial Times que los inversores deberían reducir sus expectativas de rentabilidad en el mercado de valores a medida que la Reserva Federal aumenta los tipos de interés y la economía se desacelera.

También recalcó que los efectos de la desaceleración de la economía ya habían comenzado a sentirse en Berkshire, aunque descartó cualquier tipo de vaticinio catastrofista sobre la economía y los mercados de EEUU.

Algo ha cambiado

"No es que el empleo haya caído por un precipicio ni nada por el estilo, pero es un clima diferente al que había hace seis meses", aseguraba la mano derecha de Buffett con quien comparte ideas y pensamientos. "Varios de nuestros gerentes se sorprendieron"

Sin embargo, los tipos de interés más altos también han sido una bendición para Berkshire. La empresa invierte la gran mayoría de sus 130.600 millones de dólares de efectivo en letras del Tesoro a corto plazo y depósitos bancarios. Los ingresos de esas letras a corto plazo y depósitos similares a efectivo aumentaron hasta 1.100 millones de dólares, frente a los 164 millones del año anterior.

Buffett aseguró que Berkshire se está adaptando al nuevo clima y a la incertidumbre que ha generado la fuga de depósitos en algunos bancos de la economía de EEUU. El multimillonario inversor asegura que ahora se ha vuelto más cauteloso a la hora de invertir en la industria bancaria dada la rápida fuga de depósitos que han sufrido algunas entidades.

Esto supone un cambio importante respecto a crisis anteriores, cuando el capital de Berkshire ayudó a apuntalar las acciones y la financiación de bancos como Goldman Sachs o Bank of America. Pese a todo, Buffett se negó a declarar con rotundidad si EEUU iba a vivir una crisis o qué podía pasar con la banca si la situación de pánico que se ha vivido semanas atrás volvía a repetirse.