El presidente de la Reserva Federal ha sorprendido a los mercados en el discurso inaugural del foro anual de banqueros centrales en Jackson Hole por su rotundidad. El evento que llevaba ya un tiempo siendo la gran cita marcada en la agenda de los mercados no ha decepcionado. Aunque el recorte se daba por descontado para septiembre, por primera vez Powell lo ha especificado alegando que "el tiempo para ajustar nuestra política ha llegado". El alto cargo ha comentado que "mi confianza en que la inflación está en un camino sostenible hacia el 2% ha aumentado".

Powell ha dicho que "la dirección de viaje está clara", y ha anticipado que "la velocidad dependerá de los datos que lleguen", aprovechando que "el tipo actual", de entre el 5,25% y el 5,5%, "nos da un amplio margen para ajustar nuestra política" según sea necesario. Y su objetivo está claro: "Consolidar la estabilidad de precios sin debilitar más el mercado laboral".

La clave para esta decisión ha sido la conclusión de que "el equilibrio de riesgos para nuestro mandato ha cambiado" explicando que finalmente, con los precios algo más contenidos, ahora gana peso la defensa del mercado laboral, que ha mostrado debilidad en los últimos datos. Tras las palabras del presidente de la Fed el mercado de swaps de tipos de interés ha favorecido una política más agresiva, pasando de presupuestar 75 puntos básicos de recortes para 2024 a 100 puntos.

En concreto, la clave ha sido constatar que el mercado laboral ya no está empujando los precios al alza. Powell ha señalado al aumento del desempleo y el frenazo en "el ritmo frenético de contrataciones" que había en los años posteriores a la pandemia, y ha rematado con los datos que apuntan a que los salarios ya no están subiendo con la misma velocidad de antes para atraer a trabajadores. "El mercado laboral ya no supone un riesgo inflacionario. Ya no queremos que se enfríe más", ha concluido.

Powell ha advertido de que el riesgo al que se enfrentaban era "una recuperación tan dolorosamente lenta como la que siguió a la crisis financiera de 2008". En ese sentido, defiende los estímulos y las fuertes bajadas de tipos que siguieron a la crisis pandémica de 2020-2021. La economía ha recuperado la senda de crecimiento que tenía antes de ese momento, y su objetivo ahora es terminar de estabilizar la inflación y el mercado laboral para dar por cerrado ese capítulo. El aterrizaje suave parece cada vez más probable.

El discurso de Powell, aunque muy esperado, ha sido mucho más decidido y claro de lo que anticipaban los analistas, que daban por hecho que Powell evitaría pronunciarse tan abiertamente y que más bien tocaría analizar los detalles. Un ejemplo de esto es lo que opinaba ING antes de la reunión, pues asumía que "con el mercado ya descontando los recortes, no hay muchos incentivos y puede llevar a Powell a evitar dar una orientación clara". Sin embargo, Powell ha preferido ser claro con el mercado y dar los motivos de un giro en esta etapa histórica, dejando la inflación en un segundo plazo frente al empleo.

El giro de la Reserva Federal también ha sentado especialmente bien a Wall Street. Los tres índices han saltado con confianza más de medio punto tras oír las palabras del presidente. El S&P 500 sube un 1% , mientras el Dow Jones hace lo propio un 0,96%, mientras el Nasdaq 100 ha acelerado hasta el 1,51%. Por su parte, el dólar se ha desmoronado pasando de cotizar en positivo a una caída del 0,5% frente al euro. La rentabilidad del bono de EEUU a diez años también ha mostrado una marcada caída y ya cotiza en el 3,804%. Por su parte, el oro también ha saltado hasta los 2.500 dólares la onza gracias a unos tipos bajando un reforzando su cotización. El metal amarillo ha saltado, concretamente un 1,3%.

Desde Commerzbank explican que esto va en línea con la idea de un recorte de 25 puntos básicos en septiembre, desechando la idea de una gran rebaja. Los expertos de la firma germana señalan que "aunque no se puede descartar un recorte de los tipos de 50 puntos básicos en septiembre, no es nuestro escenario base. Después de todo, una medida tan drástica podría interpretarse como una señal de que la Reserva Federal se ha quedado atrás y de que la economía está teniendo un rendimiento significativamente peor de lo esperado".

Desde eToro, por su parte, comentan que el mensaje de Powell ha sido totalmente claro. "Algunos inversores podrían haber esperado claridad en lo que respecta al tamaño de los recortes de tipos, pero eso siempre iba a ser una posibilidad remota". En última instancia, "el presidente Powell ofreció lo que el mercado ansiaba: certidumbre en cuanto a la política monetaria de la Fed de cara al futuro, abriendo la puerta a la primera bajada de tipos en más de cuatro años".