La inflación vuelve a dar un pequeño respiro en Estados Unidos. El índice de precios al consumo (IPC) se situó en julio en el 2,9% interanual, una décima menos que el mes anterior, según los datos publicados este miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales del país (BLS, por sus siglas en inglés). Se trata de la tasa más baja desde marzo de 2021. Ello implica que los precios en la potencia norteamericana se están templando (aunque con matices), lo que aviva las expectativas de que la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, comience pronto a bajar los tipos de interés.
Los precios subieron de forma generalizada un 2,9% en el séptimo mes del año en comparación con julio de 2023. En tasa mensual el IPC estadounidense repuntó una décima, en contraste con el descenso del 0,1% registrado en junio. No obstante, los expertos habían anticipado este ascenso mes a mes.
Asimismo, el IPC subyacente de Estados Unidos fue del 3,2% interanual el mes pasado, en línea con lo estimado por el consenso de mercado. La lectura implica un retroceso de una décima respecto a junio. En este caso, se trata del nivel más bajo desde abril de 2021. Sin embargo, la comparativa mensual es ligeramente peor de lo anticipado: el IPC subyacente aumentó un 0,2% cuando se esperaba que lo hiciera en una sola décima.
La inflación subyacente es aquella que excluye los precios de la energía y los alimentos, por ser más volátiles. En julio estos aumentaron un 1,1% y un 2,2% interanual, respectivamente.
Según los datos de la BLS, el pasado mes en Estados Unidos subieron los precios de la vivienda, los seguros de vehículos de motor, el mobiliario y mantenimiento del hogar, la educación, el ocio y el cuidado personal.
A la vez se abarataron, entre otros componentes de la 'cesta de la compra' (los que computan en el IPC), los coches y camiones usados, la atención médica, los billetes de avión y la ropa.
¿Qué implican estos datos para la Fed?
Los tipos de interés (o precio del dinero) en Estados Unidos llevan más de un año en un nivel elevado. La Reserva Federal (Fed), los ha mantenido en el actual rango del 5,25%-5,50% a lo largo de los últimos 13 meses precisamente con el objetivo de contener la inflación y situarla en su objetivo (2%).
El hecho de que el IPC ya se encuentre en su nivel más bajo en cerca de tres años y medio es una señal de que la política monetaria restrictiva está teniendo efecto y, para muchos analistas, de que la Fed puede empezar a flexibilizarla.
El IPC "da argumentos a la Fed para bajar tipos", asegura el Departamento de Análisis de Bankinter en un comentario rápido tras la publicación de los datos de la BLS. "Los inversores deberían confiar más en un recorte de tipos en septiembre", coincide Bret Kenwell, analista de inversiones del bróker eToro.
"Sin embargo", matiza este último analista, "ya no se trata de si la Fed bajará los tipos o cuándo lo hará, sino de si lo hará en 25 o 50 puntos básicos".
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), el órgano de la Reserva Federal que decide sobre el precio del dinero, tiene agendadas tres reuniones en lo que queda de año. Cada una de ellas durará dos días (como es habitual): la próxima se celebrará el 17 y 18 de septiembre, después será la del 6 y 7 de noviembre y la última del ejercicio será los días 17 y 18 de diciembre.
Cuando la Fed toca los tipos de interés, ya sea para subirlos o bajarlos, lo más habitual es que lo haga en movimientos de un cuarto de punto (o de 25 puntos básicos). Hasta principios de mes se daba por hecho que así lo haría una vez que iniciara el periodo de recortes, pero los últimos datos del mercado laboral trastocaron las expectativas de los mercados.
Además de mantener a raya la inflación, el cometido de la Reserva Federal es garantizar el pleno empleo en Estados Unidos. Es por ello que el inesperado aumento de la tasa de paro en julio pilló por sorpresa a los expertos e hizo que no pocos pasaran a contemplar que el primer descenso en los tipos fuera de 50 puntos básicos (o medio punto). De hecho, el aumento del desempleo al otro lado del Atlántico acabó provocando una ola de pánico en los mercados de todo el mundo el lunes de la semana pasada.
Todo esto explica que la reacción al IPC en los mercados en general haya sido comedida este miércoles. "Esta es ahora una Fed que prioriza los datos laborales, no los de inflación", indicó el lunes Krishna Guha, vicepresidenta de Evercore ISI, según recoge Bloomberg.
"La Reserva Federal ha subrayado que su política se basa en un conjunto de datos y no en un único dato. Incluso si las cifras de hoy fueran ligeramente superiores a lo esperado, la Fed podría haber justificado una bajada de tipos el mes que viene", afirma por su parte Bret Kenwell.
Ryan Sweet, economista jefe en EEUU de Oxford Economics, coincide: "El listón está alto para que un solo informe sobre la inflación disuada a la Reserva Federal de recortar los tipos de interés en septiembre, ya que el banco central está atento a los riesgos a ambos lados de su doble mandato".
Ayer se conoció que el índice de precios al productor (IPP), o tasa de inflación mayorista, de EEUU también se redujo una décima más de lo previsto en el séptimo mes del año, lo que animó a la renta variable estadounidense que acabó el martes con fuertes ganancias.