• Se llama 'put' de la Fed a un giro laxo que ayuda a unas bolsas en apuros
  • El término viene del 'rescate' de Greenspan tras el Lunes Negro de 1987

La última tanda de reuniones de bancos centrales ha dejado claro que el trabajo no está terminado. Aunque las subas de tipos de interés hayan llegado a su fin o ya les quede poco, ahora la clave es cuánto tiempo permanecerán esas tasas en niveles elevados en comparación con las cotas cercanas a cero e incluso por debajo en las que han estado en los últimos años. A esto hay que sumar el progresivo proceso de reducción de balance de los bancos centrales, que seguirá su curso e incluso podría acelerarle en algunos casos. Este endurecimiento con sordina está llevando al alza los rendimientos de los bonos (se esperan menos recortes de tipos) y está empezando a asustar de nuevo a las bolsas. En el caso de Wall Street, algunos rescaten el concepto del 'put' de la Fed.

¿En qué consiste este concepto? Tomando la terminología bursátil de la opción de venta o put (contrato que le da al comprador el derecho, pero no la obligación de vender un activo a un precio determinado, antes de una fecha de vencimiento concreta, según definen los analistas de IG), esta expresión se utiliza cuando la Fed interviene aplicando políticas más laxas al ver un notorio deterioro en las bolsas. Su uso empezó a extenderse cuando Alan Greenspan presidió la Fed (de 1987 a 2006) y el banco central de EEUU actuó varias veces de esta manera. La primera de ellas fue precisamente tras el fatídico Lunes Negro de 1987, jornada la del 19 de octubre de aquel año en la que el Dow Jones borró de un plumazo un 22,6%.

Greenspan, que había accedido al cargo en agosto de ese año, se movió rápido y empezó a arrojar ayuda al mercado, otorgándole liquidez para evitar que el daño fuera a mayores. Esta secuencia y su repetición en episodios posteriores como el rescate de Long-Term Capital en 1998, la expansión cuantitiva (QE) en 2010 tras la Gran Crisis, el estímulo tras el estallido del covid en 2020 o la gestión tras el susto bancario de este 2023 con Silicon Valley Bank han hecho que cobre fama el término 'put' de la Fed. Durante el largo mandato de Greenspan se llegó a la creencia de que la Fed actuaría siempre antes de ver una corrección bursátil mayor al 20%.

Más que una estrategia concreta, se trata de una licencia del lenguaje. La opción 'put' funciona como un seguro contra una caída en el mercado. Al contar con ella, el inversor puede desprenderse de la acción a un precio mayor al que en ese momento está cotizando. En este caso, la actuación de la Fed actúa como "una valiosa póliza de seguro para el mercado, que elimina el escenario más bajista para los inversores", en palabras de Ben Laidler, estratega de la plataforma eToro.

Para el analista, estratega de la plataforma eToro, el rango de subidas de tipos alcanzado (desde un 0,25% hasta un 5,5% en EEUU) aumenta la capacidad de los bancos centrales para responder a cualquier desaceleración económica brusca y a la debilidad de los mercados bursátiles, recortando los tipos de interés si fuera necesario: "La llamada opción 'put' de la Fed se prepara para un regreso gradual e importante".

"Es un gran cambio respecto a hace seis meses. Los tipos de interés son ahora altos y restrictivos. La inflación ha caído significativamente y las expectativas están bien ancladas. Y los bancos centrales cada vez más en una pausa hawkish'. La flexibilidad es mayor para los que tienen un doble mandato de inflación y crecimiento, como la Fed, a pesar de las recientes declaraciones de Jerome Powell", argumenta Laidler.

El peor caso para los mercados bursátiles, insiste el estratega, era que una inflación más alta durante más tiempo forzara a la Fed a priorizar su lucha con tipos de interés cada vez más altos, independientemente del debilitamiento de la economía: "Este era un escenario plausible hace solo unos meses, pero es menos probable hoy en día. La inflación era entonces más alta (más del 6%), las expectativas de equilibrio más elevadas (2,7%) y las subidas de tipos acababan de ralentizarse desde su agresivo ritmo de 50-75 puntos básicos por reunión".

Entonces no se hablaba de un 'put' de la Fed, recuerda Laidler, sino de su opuesto exacto, una opción 'call' (opción de compra): "Se centró en la inflación, en su credibilidad y en no repetir los errores de la década de 1970. Con unas valoraciones y unos beneficios elevados, esta era una receta para el dolor bursátil".

Hasta que algo 'se rompa'
La clave está en separar el margen que tiene la Fed para actuar de las posibilidades de que lo haga. Desde ING, los estrategas de renta fija Padhraic Garvey y Benjamin Schroeder señalan que la aminoración del recorte de tipos previsto por la Fed en sus previsiones de junio tiene sentido en la medida en que "nada se rompa mientras tanto y que los datos mantengan en gran medida su equilibrio".

Qué es lo que se puede romper y cómo reaccionará la Fed es la pregunta del millón. En la rueda de prensa tras la reunión de la Fed, Powell, fue preguntado por el aumento de los rendimientos de los bonos y su respuesta pareció más un encogimiento de hombros que una expresión de alarma, lo que alimentó la sensación en los mercados de que el envite es firme.

Los altos funcionarios de la Fed prevén ahora solo 50 puntos básicos de recortes de tipos el próximo año, la mitad de lo que esperaban anteriormente. Al desvanecerse la amenaza de una recesión en EEUU, los mercados también han reducido las expectativas de recortes de tipos de la Fed en 2024, de 150 puntos básicos a principios de agosto a solo 50 puntos básicos en la actualidad.

"Hace tiempo que pensamos que el mercado de renta variable ha sido demasiado agresivo a la hora de valorar los recortes de tipos y el fuerte crecimiento económico, razón por la cual mantenemos una postura neutral sobre la renta variable en general. En nuestra opinión, una Reserva Federal dependiente de los datos no tiene ningún incentivo para mostrarse blanda con la inflación. Pero el fin inminente de las subidas de tipos y la perspectiva de un crecimiento más débil a medida que los tipos se mantengan más altos durante más tiempo apoyan nuestra preferencia por la renta fija, y seguimos prefiriendo los bonos de calidad por varias razones", analiza Mark Haefele, director de inversiones en UBS GWM.

El precedente más cercano
El precedente más inmediato de un 'put' de la Fed tuvo lugar entre 2017 y 2018, como recordaba hace meses Yves Bonzon, CIO (Chief Investment Officer) del banco privado suizo Julius Baer: "La Fed emprende su segundo programa de políticas de ajuste cuantitativo (QT, por sus siglas en ingés), cinco años tras su último intento de reducir el balance del banco central, que terminó siendo un fracaso. Efectivamente, el episodio de ajuste de 2017/2018 fue fugaz: antes de cumplirse un año desde su inicio, los mercados de renta variable se sumieron en una rápida corrección, propiciando que se ejerciera la famosa opción put de la Fed (en torno a los 2400 puntos en el S&P 500 en ese momento), ya que el banco central acudió al rescate de los mercados e impidió que los precios siguieran cayendo al suspender el ciclo de subidas de tipos en curso y detener, poco después, la venta de bonos".

Con un balance apenas saneado, al menos según los estándares actuales (bajó de 4,5 billones a 3,7 billones de dólares), proseguía Bonzon, el rendimiento de los bonos del Tesoro de EEUU a 10 años registró un máximo del 3,2% y se desplomó rápidamente hasta el 1,5% en el verano de 2019, su mínimo histórico anterior, antes de alcanzar el nuevo y todavía vigente mínimo histórico del 0,5% al comienzo de la pandemia.