En la jerga de Wall Street, un “ángel caído” es una empresa con dificultades para financiarse porque sus bonos cayeron en desgracia según las calificadoras de riesgo.

Según la agencia calificadora de riesgo Standard & Poor's (S&P), en 2018 hubo 22 compañías a nivel global que entraron en la categoría de “ángeles caídos”. La última en sumarse a ese grupo fue la estadounidense Xerox

"Las empresas que tienen una rebaja en su rating no quedan sin acceso al mercado del crédito, pero se les hace más costoso conseguir el financiamiento", comentó Luciano Gremone, director senior y gerente de análisis de la división de Rating Corporativo en América Latina de S&P, según comenta un artículo de BBC Mundo.

En el mercado hay preocupación ante la posibilidad de que otras grandes empresas, esencialmente de Wall Street, se conviertan en “ángeles caídos”. De hecho, analistas de JP Morgan consideran que el número podría aumentar este año en la medida que empeoren las condiciones de la economía estadounidense.

Cabe mencionar que las calificadoras de riesgo califican el estatus crediticio de las empresas usando un sistema alfabético, donde AAA es la mejor calificación y D es la peor. Esa nota orienta a los inversionistas a la hora de decidir si compran o no bonos de esas compañías.

El riesgo para las empresas de tener una mala calificación es que se desencadene una ola de ventas en los mercados. De hecho, hay inversores que deben desprenderse de un bono apenas cae su calificación por cuestiones reglamentarias.

Por sectores, los más afectados fueron las instituciones financieras, telecomunicaciones, retail y restaurantes. Entre los “ángeles caídos” hay empresas de EEUU, Turquía, España, Indonesia, Israel, Dinamarca, y también de América Latina. Para S&P hay 35 empresas en riesgo de caer en esa categoría.

La preocupación pasa porque todo indica que el mercado se encamina a una suba del costo del crédito a nivel global tras una década histórica de tasas de interés bajas. Además, las proyecciones apuntan a una desaceleración del crecimiento de Estados Unidos, por lo que crece la atención sobre las deudas corporativas y la posibilidad de que alcance niveles peligrosos.